lunes, 26 de julio de 2010

Volví.

Desaparecí dos días. Me gustaría decir que fue a una playa desierta montada en su asiento derecho de su Golf blanco mientras el aire acariciaba mi cara y enredaba mi pelo entre sus gafas de sol. Él, tan perfecto como siempre, me miraba, miraba enfrente, me miraba, y se reía, y nos reíamos... Su mano acariciaba mi rodilla, como si quisiera retenerme, mis manos tocaban sus hombros, asegurandole que no me iba a marchar, la música acompañaba a nuestras palabras, el paisaje iba cambiando, en busca de cualquier lugar. Un lugar donde sólo estaríamos él y yo. Y entonces ese lugar sería el fin del mundo.
Cualquier fin del mundo.
Pero desperté, abrí los ojos y allí estaba, en mi cama, frente la playa de Moncofar.

4 comentarios:

  1. peor es abrir los ojos y no ver ninguna playa...

    besos :)

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  2. Anónimo1:46

    Lindo sueño. Lindo.

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  3. Al menos las vistas al despertar eran buenas no? ^^
    Un beso! =)

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