Voy a jugar a ser humana.

Cómo no pudé darme cuenta. Confié demasiado pronto en tu sincera mirada, ahora ya perdida, me perdí tan rápido que sólo me dió tiempo a agarrarme a tu cintura. Te entregué mi corazón, mi tiempo, mis silencios, mis espasmos psicóticos, mi geografía, mis pequeñas "intimidades". Estaba agusto entre tu brazos cuando me di cuenta que eran de juguete. Fui solo una más de cientas, sin embargo tú... Tú eras el único pensamiento, el único tiempo, la única respiración, las sonrisas, y los bailoteos, las llamadas, mensajes cortos (como te quiero, vuelve.), mensajes largos, bancos ocupados por dos exs-media naranja, el único que me llevaba al cielo, el que hizo volver a creer, el que me hizo soñar de nuevo. Fueron tuyas mis primeras segundas mariposas de algo más... Pequeño gran mentiroso. Estabas tan cerca, has sido un simple espejismo. Ahora guardo un poco de dolor en el costado izquierdo. Vuelve la locura por ti, los trastornos bipolares. A partir de ahora me pondre una alarma, te voy a echar de menos, igual... Ni si o si no, sólo si te divertiste jugando a quererme. Sin embargo yo me cansé de esos pasatiempos... He jugado a tanto en sólo media vida, a lo incomprendido. Sé que no volveré al límite del abismo, colgar del borde del vaso medio vacío, porque lo he probado. Sé lo que siente al estar enamorada en las nubes. Sé lo que se siente cuando estas mirando a los ojos al miedo, he vivido escarmientos y locuras bonitas. He recibido cartas, y he escrito otras que nunca llegué a mandar... He llorado de felicidad, y gritado tanto tanto que me quedé sin voz. He llorado en silencio, he pensado en terminar, he sentido angustia y he imaginado locuras extrambóticas que me quedan por cumplir. Sé lo que se siente cuando estas con tu alma gemela, y cuando la echas de menos, y las multitudes intuiciones femeninas. He sentido mucho... En cambio, no he sentido lo que se siente al tener un mejor día de tu vida, ni ha perderte un día sin reloj, ni visitar lugares reconditos del mundo, ni probar comer insectos asquerosos, ni me han regalado todavía una estrella, ni he vivido un amor de película, ni he saludado a un príncipe azul, ni me enviaron un ramo de rosas amarillas por mi cumpleaños, ni salté en un charco mientras llovía y sonaba una canción de fondo, ni acabé tan harta de un trabajo que me despedí, ni pinté mi piso nuevo y desembalé todas las cajas que guardaban mi vida, ni erré todo lo que me toca, ni salí toda la noche hasta las 10 de la mañana, ni me emborraché como para no acordarme de nada. Mientras seguiré sintiendome afortunada por tener a ángeles a mi lado, y seguiré agradeciendo el sentirme felizmente idiota ahora, mañana y en la siguiente página en blanco de mi cuaderno de vida.

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